Una soleada mañana de junio de 1987, alrededor de las 9:00, los alumnos y maestros de Tercero, Cuarto, Quinto y Sexto grado de la Escuela para Niños Ciegos Santa Lucía de la ciudad de Guatemala nos trasladábamos al centro de la ciudad para hacer un recorrido educativo por el Palacio Nacional (hoy denominado Palacio Nacional de la Cultura), para conocer su historia, sus salones y algunos datos curiosos sobre su construcción y los personajes que por ese recinto patrio han transitado.
Durante el camino Julio, Joaquín, Rolando, Byron y yo escuchábamos el pequeño radio a transistores de Rolando. Teníamos nuestras emisoras favoritas según la hora del día. Aunque normalmente a esa hora estábamos en clase, solíamos escuchar a la hora del recreo, las 10:15, La voz del hogar en el 940 AM, una radio de corte adulto contemporáneo, en la que sonaban muchos de los grandes baladistas de habla hispana de los 70s y 80s.
El bus de la escuela se detuvo frente a la Plaza Mayor (hoy conocida como Plaza de la constitución) sobre la 7ª avenida, frente a la Catedral Metropolitana, y todos descendimos. Atravesamos la avenida y nos ubicamos en la plaza frente al Palacio Nacional para formarnos e ingresar ordenadamente en grupos.
Mientras nos formábamos, mis cuatro amigos y yo, con un poco de disimulo, continuábamos escuchando la radio, pendientes, a la espera de nuestra sección favorita de la programación de La Voz del Hogar, llamada Prestigio 9-40, que se emitía cada media hora.
La voz oficial de la emisora anunciaba, sobre la base de un fondo musical (mezcla de fragmentos de canciones de varios artistas), el inicio de la serie que constaba de tres canciones seguidas del mismo intérprete, sin cortes comerciales. Luego, y previo a la serie de canciones, el mismo locutor anunciaba el nombre del cantante o grupo que sonaría a continuación.
Nos gustaba hacer apuestas por cuál sería el artista del Prestigio en cada ocasión. Esa vez tocó el turno a uno de los más grandes y mejores compositores que he tenido la oportunidad de escuchar.
Mi maestra de grado nos llamó la atención por no estar pendientes de las indicaciones que los profesores y guías del recorrido nos daban, mas poco nos importó, estábamos extasiados escuchando La mujer que yo quiero de Joan Manuel Serrat.
Biografía de Joan Manuel Serrat
Joan Manuel Serrat Teresa nació el 27 de diciembre de 1943 en el barrio obrero del Poble-sec de Barcelona, España. Hijo de Josep Serrat y Ángeles Teresa, tuvo una infancia como la de cualquier chico barcelonés de esa época.
A los 12 años de edad se matriculó en la Universidad Laboral de Tarragona, de la que egresó del Bachillerato Superior Laboral en la Especialización de Industria minera. Mientras estudiaba la carrera de Perito Agrícola aprovechaba para aprender a ejecutar la guitarra como aficionado.
Su primera oportunidad de interpretar sus primeras canciones la tuvo cuando Salvador Escamilla lo invitó a su programa Radioscope, que se transmitía en Radio Barcelona, y fue el mismo Escamilla quien le ayudó a realizar su primera presentación en el L’Avanç de Espuglas de Llobregat, ese mismo año.
En 1966 se graban las primeras cuatro canciones de Serrat en Catalán, que fueron editadas en un álbum EP, titulado Una guitarra. Ese mismo año se edita su segundo EP llamado Ara que tinc vint anys.
En 1969 se edita el primer LP de Joan Manuel Serrat en español, titulado La Paloma, en el que se recogen sencillos que grabase el año anterior, entre los que destaca Tu nombre me sabe a yerba, su primer gran éxito en nuestro idioma. El mismo año realiza su primera gira por Latinoamérica y como para cerrar con broche de oro el año se lanza el disco Dedicado a Antonio Machado con el que logra gran éxito pese a la prohibición en su contra de promocionar por radio sus canciones.
En 1970 Serrat es invitado a participar en el Festival de Viña del Mar en Chile y ese mismo año gana el Festival de Río de Janeiro con la Canción Penélope, que compusiera en colaboración con Augusto Algueró.
A partir de ese momento Joan Manuel Serrat ha grabado un considerable número de discos en español y catalán (más de 40), convirtiéndose en uno de los cantautores más consentidos de habla hispana por varias generaciones que reconocen en su trabajo musical la calidad de sus composiciones, además de la enorme sencillez que lo ha caracterizado siempre.
En 1971 se graba y lanza al mercado su cuarto álbum en español titulado Mediterráneo, en el que se incluyen algunos de los éxitos más significativos de su carrera, tales como: Lucía, Pueblo blanco, Aquellas pequeñas cosas, La mujer que yo quiero y Mediterráneo, por lo que la crítica y el público en general consideran esta producción la más importante del querido El Noi del Poble-sec (El Niño del Poble-sec, en catalán) como suele llamársele cariñosamente.
Serrat no sólo ha sido un excelente compositor, también ha incursionado en el cine, la radio y en la promoción de la cultura popular barcelonesa y española en su conjunto, lo que le ha valido el reconocimiento de muchísimos seguidores y de instituciones que han premiado su trabajo como los Doctorados honoris causa otorgados por algunas universidades: Universidad Nacional del Comahue (Neuquén, Argentina, 1999), Universidad del Estado de Morelos, México (2003), Universidad Complutense de Madrid (2006) y Universidad Autónoma de México (2011), entre otros reconocimientos a lo largo de su vida artística.
Mucho puede decirse de este Hijo de la luz y la sombra, como lo indica el título de su más reciente producción en solitario, grabada en 2010, por la que recibió el Premio Ciudad de Barcelona de Música de ese mismo año.
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Talvez mi memoria esté jugando un poco a sugerirme los nombres de las canciones que podrían haber sonado aquella mañana de 1987 y, pueda que las canciones y su orden no hayan sido exactamente las que presentaré a continuación, mas de lo que sí puedo estar seguro es de que en más de un “Prestigio 9-40” sonaron: La mujer que yo quiero, Penélope y Lucía. Así que les invito a volver veinticinco años atrás en el tiempo y escuchar, en el pequeño radio de Rolando, en Prestigio 9-40 a Joan Manuel Serrat.
Excelente pagina
ResponderEliminarGracias por traernos a la memoria estos gratos recuerdos de la voz del hogar ya que siempre será una emisora inolvidable con la que crecimos y vivimos nuestra adolecencia.
Atentamente Oscar Robles
Gracias por la visita y el comentario. Me da gusto saber que ha sido de tu agrado, espero que las entradas futuras también sean de tu agrado.
EliminarSaludos cordiales.